La idea se acogió bien entre la gente, convirtiéndose en una celebración masiva, donde los catequistas aportamos nuestro grano de arena sirviendo el chocolate y el roscón que los padres aportan para dicha celebración.
Es un acto bonito, en el cúal todos los compañeros pueden estar juntos el día de su 1ª Comunión sin tener que escoger entre sus amigos para decidir a quién a de acompañar en ese día, de esta manera están todos juntos.